jueves, 6 de noviembre de 2014

LA BECADA, Bocado de Sibaritas


También llamada chocha y sorda, la becada es una ave de tamaño algo menor que la perdiz, zancjuda y dotada de un largo pico co el que apresa as orugas, caracoles y lombrices de tierra que consttuyen su alimento preferido. Vive en los parajes sombrios y húmedos de los bosques, su plumaje, del color de las hojas secas, le permite pasar inadvertida mientras escarba en la pútrida hojarasca y en la tierra humedicida. Del tamaño aproximado al de un mirlo, la becada ofrece una silueta inconfundible: de pequeñas patas, con muslos esbeltos y un flexible y largo pico que mide unos 7 centímetros, parece una provecta duquesa en las artes del galanteo y del amor.

Presenta el lomo y las alas de color castaño, con pintas negras y blancas, ligeramente amarillentas, y el vientre blancuzco. Aunque su pescuezo es corto, con su ávido y alargado pico apresa bichos del os que se alimenta. 

Es un ave que desprecia el peligro cuando actúa impulsada por el placer de amar o de comer a gusto. Igual que si a Ninon de Lenclos le hubiesen advertido que un incendio amenazaba su casa cuando estaba haciendo el amor con uno de sus amantes predilectos-el coonde de Cligny, Conde Richelieu, ...._no se hubiera levantado de la cama hasta haber consumado, tampoco la becada cuando ama o saborea sibarítamente los alimentos que extrae del follaje otoñal, se inmuna si el peligro, un cazador o cualquier alimaña, se le aproxima. El ave sigue gozando y ju´gandose la vida por disfrutar unos instantes felices. 



Ave migratoria, por octubre baja del norte de Europa a las tierras templadas del sur. Viaja rumbo al nordeste por la primavera y hace el nido con hierbas, cerca de los lugares húmedos, en el suelo. Pone de tres a cuatro huevos y la hembra los empolla durante una veintena de dias. Los polluelos dejan el nido pasado este plazo.

Se trata de un ave monógama y cuando está en la época del celo, emite un sonido extraño, semejante al balido de una cabra. El galanteo comienza de madrugada y, por el mes de marzo, el macho va en busca de la hembra, lisonjeándola eroticamente. Mientras la becada macho evoluciona en el aire escruntando los claros del bosque con ansiosos gritos, la hembra lanza desde tierra un silbido de significado sexual. Y el enamorado macho acude presuroso a la incitante llamada. el galanteo cesa por la noche, pero se repite de día varias veces. La becada, en su época de celo, no es dificil de matar. Pero habitualmente se trata de una pieza que no es fácil de cazar, dado que, aunque el ave no levanta el vuelo hsta que el cazador se encuentra a pocos metros de ella, ensimismada en la tarea de buscar sus preciados manjares, la becada vuela en zig zag y ofrece un difícil blanco.



El sabor de la becada figura en uno de los lugares preferentes de mi memoria gustativa, la primera vez que la prové fué en Zalacaín de Madrid, sublime. Si no es una pieza fácil de cazar, tal vez los sea menos de cocinar. Resulta gastronómicamente una cosa seria, un bocado dicididamente exquisito cuando el ave ha sido preparada por un cocinero inteligente y dotado de sensibilidad a la hora de trabajar los fogones. Pero, por desgracia, ahora apenas se cazan becadas y su precio, en el mercado y en el  restaurante, es el más elevado de la volatería.
El sabor de la carne es muy particular, no se parece en nada a la perdiz o a la codorniz silvestre y tampoco las fórmulas de cocinarlas son , como se dice a veces, similares. La becada requiere un proceso faisandage muy avanzado, mucho más que la perdiz, y en su condimentación no pueden fallar las v´sceras del ave, incluidas las tripas.