Traidos desde una ganaderia de Córdoba, estos rabos de toro han estado en la cazuela durante al menos 4 horas estofando hasta conseguir que la carne se desprenda del hueso con facilidad. Unas patatas de Coristanco confitadas y terminadas con fritura fuerte es el acompañamiento que nosotros presentamos. Preparción en carta desde 2009.
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